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Resumen
El proceso para establecer una identificación odontológica inequívoca se sustenta en la recuperación de la mayor cantidad posible de información post mortem, y su posterior cotejo con aquellos registros ante mortem de la víctima.
Los dientes son tejidos del cuerpo humano con una elevada resistencia en su estructura, lo que les permite tolerar el embate de los efectos ambientales como el fuego, la desecación, la descomposición o la inmersión prolongada. En la mayoría de los desastres naturales, y también en los provocados por el hombre, los registros odontológicos pueden contribuir para identificar cuerpos que sería irreconocibles aplicando metodologías tradicionales. En cadáveres quemados o carbonizados, resulta imperativo conservar la evidencia odontológica recuperada, para evitar que su manipulación pueda desvirtuarla e incluso destruirla; por eso se suele fijar y estabilizar antes de ser transportada. Los recursos imagenológicos constituyen una sólida estrategia de perennización de evidencia, los cuales pueden ser complementados por fotografías y toma de impresiones. El presente artículo revisa varios estudios sobre restos dentales, materiales de obturación y aparatos protésicos quemados o carbonizados, haciendo énfasis sobre su importancia en el proceso de identificación humana.
Palabras clave: Cuerpos carbonizados, diente, identificación humana, materiales de obturación, odontología forense, restauraciones protésicas.
Análisis forense de dientes, materiales de obturación y restauraciones protésicas en restos humanos expuestos a elevadas temperaturas. Revisión de la literatura
Forensic analysis of teeth, filling materials and prosthetic restorations in human remains exposed to high temperatures. Literature review
ODONTOLOGÍA FORENSE | REVISIÓN NARRATIVA | OPEN ACCESS | PEER-REVIEWED
Análisis forense de dientes, materiales de obturación y restauraciones protésicas en restos humanos expuestos a elevadas temperaturas. Revisión de la literatura
Forensic analysis of teeth, filling materials and prosthetic restorations in human remains exposed to high temperatures. Literature review
Autor/es: Alan Diego Briem Stamm, María Salomé Outes, Marta Alicia Fernández Iriarte, Luis Reinaldo Rannelucci, Ana Clara Casadoumecq, Johanna Denise Salazar, Santiago Buljevich, César Rodolfo Telechea, Carla Georgina Arias
Vol: 111 | Nº 1 | elocation Id: e1110452
Presentado: 31/01/2023 | Aceptado: 15/03/2023 | Publicado: 17/04/2023
DOI: https://doi.org/10.52979/raoa.1110452.1212 copiar
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REVISIÓN NARRATIVA – ODONTOLOGÍA FORENSE
Análisis forense de dientes, materiales de obturación y restauraciones protésicas en restos humanos expuestos a elevadas temperaturas. Revisión de la literatura
Forensic analysis of teeth, filling materials and prosthetic restorations in human remains exposed to high temperatures. Literature review
Presentado: 31 de enero de 2023
Aceptado: 15 de marzo de 2023
Publicado: 17 de abril de 2023
Alan Diego Briem Stamm , María Salomé Outes , Marta Alicia Fernández Iriarte , Luis Reinaldo Rannelucci , Ana Clara Casadoumecq , Johanna Denise Salazar , Santiago Buljevich , César Rodolfo Telechea , Carla Georgina Arias
Cátedra de Odontología Legal, Forense e Historia de la Odontología, Facultad de Odontología, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina
El proceso para establecer una identificación odontológica inequívoca se sustenta en la recuperación de la mayor cantidad posible de información post mortem, y su posterior cotejo con aquellos registros ante mortem de la víctima.
Los dientes son tejidos del cuerpo humano con una elevada resistencia en su estructura, lo que les permite tolerar el embate de los efectos ambientales como el fuego, la desecación, la descomposición o la inmersión prolongada. En la mayoría de los desastres naturales, y también en los provocados por el hombre, los registros odontológicos pueden contribuir para identificar cuerpos que sería irreconocibles aplicando metodologías tradicionales. En cadáveres quemados o carbonizados, resulta imperativo conservar la evidencia odontológica recuperada, para evitar que su manipulación pueda desvirtuarla e incluso destruirla; por eso se suele fijar y estabilizar antes de ser transportada. Los recursos imagenológicos constituyen una sólida estrategia de perennización de evidencia, los cuales pueden ser complementados por fotografías y toma de impresiones. El presente artículo revisa varios estudios sobre restos dentales, materiales de obturación y aparatos protésicos quemados o carbonizados, haciendo énfasis sobre su importancia en el proceso de identificación humana.
Palabras clave: Cuerpos carbonizados, diente, identificación humana, materiales de obturación, odontología forense, restauraciones protésicas.
The process to establish an unequivocal dental identification is based on the recovery of the greatest possible amount of post mortem information, and its subsequent comparison with the ante mortem records of the victim.
Teeth are tissues of the human body with high resistance in their structure, which allows them to tolerate the onslaught of environmental effects such as fire, desiccation, decomposition, or prolonged immersion. In most natural disasters, an also in those caused by men, dental records can help identify a body that would be unrecognizable using traditional methodologies.
In burned or charred corpses, it is imperative to preserve the recovered dental evidence, to avoid its manipulation from distorting and even destroying it; this is why it is usually fixed and stabilized before being transported. Imaging resources constitute a solid strategy for the perpetuation of evidence, which can also be complemented by photographs and impression taking. This article reviews several studies on dental remains, materials and burned or charred prosthetic devices, emphasizing their importance in the human identification process.
Key words: Charred bodies, forensic odontology, human identification, prosthetic restorations, sealing materials, tooth.
Los dientes son tejidos del cuerpo humano lo suficientemente resistentes como para conservar una integridad manifiesta muchísimo tiempo después del fallecimiento de la persona. Son biológicamente estables, y contienen información respecto de eventos fisiológicos y patológicos de la vida del individuo, que permanecen como marcadores dentro de sus estructuras.(1) Cualquier tratamiento realizado por un odontólogo, ya sea una obturación o una restauración protésica, modifica la dentición de un individuo, confiriéndole caracteres propios y muchas veces irrepetibles.
De tales modificaciones terapéuticas el odontólogo forense tratará de capitalizar información que permita establecer la identificación indubitable de un cuerpo desconocido. Es menester considerar que ante la presencia de restos humanos quemados y/o carbonizados (fig. 1), víctimas de tragedias naturales o provocadas por el hombre, los registros odontológicos se erigen como la piedra angular del derrotero identificatorio.
La identificación post mortem es esencial desde el punto de vista humanitario, religioso y judicial. Existen reportes que han atribuido a la información odontológica una tasa de éxito en los procesos de identificación que oscila entre el 43 y el 89%.(2,3) La identificación odontológica requiere de un cotejo entre registros post mortem (PM) y ante mortem (AM).(4,5) Aunque existen excepciones, la recuperación de datos odontológicos implica muchas veces reunir información exigua, incompleta e ilegible.(6)
Cuando no se dispone de registros AM, el perito odontólogo busca reconstruir un perfil PM basado en las características dentales observables en la víctima fatal, que le permitirá inferir la edad, género, etnia, talla, posición socioeconómica, nacionalidad y hasta el presunto oficio de la persona.(7) Una problemática muy común a nivel global es la dificultad para recuperar registros odontológicos sólidos. Esto amerita impulsar estrategias para concientizar y entrenar a los futuros profesionales desde los claustros universitarios respecto de la importancia de labrar correctas historias clínicas. Todavía no existe un criterio uniforme en cuanto a modelos de fichas dentales y sus respectivos odontogramas, cuya diversidad manifiesta representa una seria dificultad a la hora de estandarizar procedimientos de identificación en diferentes latitudes.(6,8)
La Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL)(5) establece que los tres criterios principales de identificación son las huellas dactilares, los perfiles de ADN y los registros odontológicos comparativos, pero también existen reportes que utilizan la identificación a través de la fisonomía del rostro en una alta proporción de casos, recurriendo a la opinión o veredicto de un familiar para confirmar y/o descartar identidad. En muchos de esos casos se registran serios errores de apreciación que han dificultado sobremanera su establecimiento como criterio de identificación.(9,10)
La importancia de los dientes para la identificación se debe a su composición altamente mineralizada, volviéndolos resistentes a la influencia del medio externo. No son modificados por la descomposición del cadáver, y por lo general resisten el deletéreo efecto de las llamas, del álcalis o incluso de ácidos débiles.(11) Los eventos de carbonización podrían resultar de un accidente aéreo, de colisiones entre vehículos terrestres, bombardeos o de una cremación ilícita, aunque también se han reportado otros incidentes como incendios, suicidios y homicidios.(12) La tarea del odontólogo forense se vuelve compleja en aquellas situaciones donde la víctima ha sido incinerada hasta el punto de que solo pueden rescatarse fragmentos de dientes y huesos.(13,14) Se ha enfatizado que en eventos incendiarios los dientes del sector anterior reciben el mayor impacto, y por lo general, los premolares y molares quedan resguardados (fig. 2). (15)
Los labios y mejillas inicialmente proporcionan un cierto aislamiento, hasta que los músculos se contraen por el aumento de la temperatura y la dentición anterior queda expuesta.(15) La lengua también puede conferir resguardo a la dentición inferior.(16) El hueso alveolar y las encías, en tanto, protegen de la injuria térmica a las superficies radiculares.
Se ha establecido que, entre los factores que intervienen en el nivel de incidencia del fuego sobre la integridad de los dientes, la duración de la exposición ígnea, la presencia de materiales de restauración (además de los tejidos) interpuestos entre ellos, como así también el intempestivo viraje de temperatura ocasionado por sustancias utilizadas para sofocar el incendio son las más relevantes. Aunque los dientes y los materiales de obturación son generalmente resistentes a la destrucción, las elevadas temperaturas pueden dañarlos severamente, hasta pulverizarlos en algunos casos. Los restos dentales conservan, no obstante, cierto grado de configuración anatómica después de su exposición al fuego. Sin embargo, experimentan una notable reducción de su tamaño original, tornándose extremadamente frágiles.(3,17)
El presente artículo revisa varios estudios sobre restos dentales, materiales de obturación y aparatos protéticos quemados o carbonizados, poniendo énfasis respecto de su impacto en el proceso de identificación humana. En virtud de ello, se considera necesario divulgar nuevas estrategias procedimentales afines a estos elementos de identificación, teniendo en cuenta el advenimiento de tecnologías y materiales que resultan más apropiados para el tratamiento y conservación de la evidencia odontológica recuperada y utilizando criterios validados científicamente para contribuir al asesoramiento a los estamentos judiciales con mayor eficacia.
Desarrollo
Patrones de identificación dental
Se ha mencionado que los dientes son elementos duros, sin embargo, la rigidez del esmalte los vuelve también frágiles, porque pueden resultar modificados por patrones de masticación o por hábitos ocupacionales. Existen oficios o tareas laborales que dejan improntas sobre la superficie dental, como por ejemplo las muescas a nivel de los bordes incisales en los dientes de costureras, que pasan hilo por ellos antes de enhebrar agujas. Se dice que los zapateros sostienen pequeñas puntas agudas en sus bocas antes de golpearlas en el verdugón de un zapato, generando patrones de desgaste característicos. Asimismo, los operadores en las fábricas de baterías suelen sufrir una desmineralización ácida de los dientes del sector anterior, producto de los vapores derivados de sus materiales constituyentes. Los ejemplos mencionados originan patrones específicos que podrían ayudar a individualizar a una persona. Es dable destacar que algunas de las formas y diseños de las restauraciones dentales deberían ser cuidadosamente descriptas y asentadas en los odontogramas, detallando posición, tamaño, diseño, materiales utilizados, revestimientos insertados debajo de ellos y cualquier otra particularidad inherente. Una revisión exhaustiva de la literatura demostró que los restos dentales carbonizados pueden analizarse mediante histología, radiografía, microscopio estereoscópico, microscopía electrónica de barrido y espectroscopía de energía dispersiva de rayos X (EDS). Estos métodos podrían ser utilizados para estudiar cambios de color, alteraciones superficiales y microscópicas de esmalte, dentina y cemento.(15)
Métodos para estabilizar la evidencia dental
Una situación que frecuentemente enfrentan los peritos odontólogos es la extrema fragilidad de los dientes en los restos humanos carbonizados. Esto se ha convertido en un problema importante a la hora de preservar la dentición con fines probatorios. En cualquier escena de crimen o accidente que involucre cuerpos carbonizados, se debe tener cabal comprensión de su endeble integridad. Es allí cuando se convoca al odontólogo forense para preservar las estructuras dentales u óseas antes de cualquier perturbación que pueda destruirlas y, como consecuencia de ello, perder evidencia significativa. Los cambios de color que ocurren durante la carbonización pueden ser útiles para predecir el grado de fragilidad de los tejidos dentales. En general, los dientes que tienen una apariencia oscura o carbonizada no suelen ser tan delicados como aquellos que ofrecen un aspecto de “diáfana porcelana blanca”. Ante este escenario, sería prudente emplear una técnica de estabilización. Se debe tener en cuenta que el proceso de fragmentación dental comienza a baja temperatura, incluso antes de que se produzca la carbonización de sus componentes orgánicos.(18) Los resultados de un cuestionario enviado a antropólogos y odontólogos forenses revelaron que los métodos más utilizados para tal fin son la impregnación del diente con una solución de acetato de polivinilo y la aplicación de pegamento en base a cianoacrilato.(19) En un contexto de laboratorio se han empleado diversos materiales para la estabilización como esmalte acrílico en aerosol transparente, laca para el cabello, laca transparente en aerosol para madera, esmalte transparente para uñas, cemento epoxi de fraguado rápido, acetato de polivinilo o resina dental autocurable. Aunque todas las sustancias probadas estabilizaron con éxito los dientes carbonizados, se expresó que el spray galvanizado en frío era el más elegido para estabilización dental, en virtud de su bajo costo y su practicidad de uso.(19, 20) Se ha reportado que, durante incendios forestales acaecidos en Australia, el hecho de envolver la cabeza de las víctimas después de estabilizar los fragmentos dentales en el lugar del hecho permitió el ulterior análisis de la evidencia colectada.(21) Cuando se trata de restos carbonizados, se hace imprescindible propender a un enfoque sistemático en cada etapa de su evaluación, a los efectos de conservar la integridad de la dentición, evitando la pérdida de posible evidencia.
Los tejidos dentales y la injuria térmica
Muchos estudios indican que, con el aumento súbito de la temperatura, el cambio de color representa la modificación más ostensible.(16,18,22) A una temperatura de 300 °C, el primer cambio observable se produce a nivel del tejido adamantino, dentina y cemento, que oscurecen virando a un color marrón grisáceo.22 Un patrón similar de decoloración se ha constatado en dientes temporarios a la misma temperatura.
Se cree que el cambio de color se debe a que la energía térmica desnaturaliza las moléculas de colágeno, afectando la absorción del espectro de luz visible. (23)
Cuando la temperatura alcanza los 500 °C, la dentina se vuelve negra o gris oscura. Dicho guarismo térmico representó el máximo nivel de tolerancia del sistema de conductos radiculares y la cámara pulpar.(22) El esmalte se tornó grisáceo tanto en los dientes permanentes como los deciduos, perdiendo su brillo característico.18,22 Existe una tendencia general a que los tejidos se aclaren gradualmente al ser expuestos a una temperatura de 900 °C.(22) Esto se debe a la progresiva pérdida de agua que sufren.(16,23) La deshidratación de las estructuras calcificadas parece correlacionarse con la fragmentación del esmalte, que empieza alrededor de los 700 °C, y de la dentina y cemento, que se manifiesta a los 900 °C. Hay una contracción manifiesta de los tejidos que, con tales registros térmicos, se van escindiendo. Es frecuente recuperar coronas de esmalte que están desprendidas pero intactas.(16,20)
Importancia de la imagenología forense
Se ha ponderado el positivo influjo de los recursos imagenológicos al permitir una pormenorizada observación y posterior análisis de los carácteres anatómicos del diente y demás estructuras del sistema estomatognático en un contexto investigativo forense.(24-26) El potencial cotejo de caracteres radiográficos PM con los registros AM colectados permite observar concienzudamente las curvaturas radiculares, la morfología de obturaciones y los tratamientos endodónticos, entre otros aspectos.(24-26)
Se han reportado diferentes estrategias para obtener una adecuada técnica radiográfica. Si los labios y mejillas se vuelven demasiado rígidos como para retraerlos con facilidad, se hace necesario eliminar ambos tejidos blandos. También puede resultar útil extraer la lengua a través del piso de cavidad oral, para facilitar la adaptación de una película de rayos X.(15,19) Hoy en día existe un consenso en relación a que lo ideal sería obtener un registro ortopantomográfico, ya que evita la excesiva manipulación de los tejidos afectados. Se ha realizado un estudio experimental in vitro para examinar las características radiográficas de una muestra de 90 dientes humanos expuestos a diferentes temperaturas, que variaban entre 200 °C y 1100 °C.(27) Se analizaron las alteraciones en obturaciones, apariencia radiográfica y la progresión de las grietas y fisuras originadas por la exposición calórica al nivel de los tejidos duros dentales y en la interfaz entre el remanente dentario y la obturación. Se constataron grietas entre el tejido dental y las obturaciones a 800 °C, mientras que la morfología de los rellenos se mantuvo todavía, al menos parcialmente, a 1100 °C. También se pudo observar que, en dientes tratados endodónticamente, y obturados con amalgama, se conservaba la morfología y el tamaño al ser expuestos a 1000 °C. Se ha verificado el valioso recurso imagenológico en el contexto odontológico forense, que ha supuesto el desarrollo de la unidad radiográfica portátil NOMAD PRO 2 (KaVo Aribex, California, USA), que demostró una notable versatilidad en casos como el tsunami que azotó al sudeste asiático en 2004, el huracán Katrina en los Estados Unidos en 200528 o el accidente aéreo en La Rioja, Argentina, en 2015.(29)
Efectos del fuego sobre los materiales dentales
Cuando la pulpa dental alcanza una temperatura extrema y se produce el estallido de la corona dental, el diente se fractura, quedando, tal vez, sólo como un resto radicular, cuya anatomía sería plausible de ser estudiada pericialmente.(12) Se han descrito situaciones donde los dientes han sido avulsionados en forma intempestiva de su receptáculo óseo (fig. 3), por lo que se ha aconsejado obtener una réplica de la anatomía radicular del diente perdido llenando el alveolo vacío con alginato mezclado con sulfato de bario antes de tomar la radiografía. Esto permite una mejor visualización de la anatomía radicular.(30)
El análisis forense de materiales de obturación fustigados por elevadas temperaturas proporciona pistas importantes a la hora de correlacionarlos con los datos AM. La amalgama resiste hasta 800 °C, las aleaciones con base metálica alcanzan su punto de fusión entre los 1275 y los 1500 °C respectivamente, en tanto que las porcelanas toleran temperaturas superiores a 1000 °C.(26)
Se ha observado que, a temperaturas de hasta 200 °C, no hay cambios microscópicos en los dientes permanentes.
En relación a los dientes deciduos, se halló evidencia de fragmentación a nivel adamantino desde los 100 °C, antes de que se oscurezca súbitamente. (18,22) Se observó que, entre 300 y 500 °C, el esmalte y el cemento comienzan a fisurarse y fragmentarse.(22)
La dentina, sin embargo, mantiene su integridad, evidenciando un estrechamiento tubular cuando alcanza los 700 °C. En cambio, en dientes temporarios dicho cambio ya es observable a 300 °C.(22) Los túbulos dentinarios en ambas denticiones conservan su estructura principal hasta los 1100 °C. En esmalte y cemento, la formación de gránulos sobreviene mucho antes de los 700 °C y se sostiene hasta alrededor de los 1000 °C, momento en que ambos tejidos pierden su estructura característica.(22, 31)
Cuando se alcanza una temperatura de 1300 °C todos los tejidos en la dentición permanente han perdido su estructura.(32)
En el caso de los dientes temporarios, la reacción a la carbonización ocurre con el mismo patrón que en los dientes permanentes, pero a temperaturas más bajas.
Esto tal vez obedezca a su mayor porosidad y contenido orgánico, como consecuencia de su estado hipomineralizado.(32)
La tecnología inherente a la microscopía de barrido electrónico (SEM) se ha utilizado en odontología forense con el propósito de sopesar los detalles de dientes quemados y fragmentados en virtud de su notable aumento, permitiendo avizorar sutiles distorsiones en su superficie.(23) Se ha publicado el caso de un camión incendiado en el que, a través del citado microscopio, se logró caracterizar y analizar restos dentales con severa destrucción.(17,20) Además, se ha informado respecto de un caso en el que se utilizó SEM para identificar el tipo y la posición de las restauraciones dentales en dientes sometidos a altas temperaturas, trituración y dispersión intencionadas.(31)
Asimismo, se han estudiado las características macroscópicas y microscópicas de elementos dentarios torturados a diferentes injurias térmicas usando SEM.33 En dicho estudio se examinaron 58 premolares extraídos durante el tratamiento de ortodoncia en adolescentes, a los que se expuso a temperaturas que variaron entre los 150 y 1150 °C durante una hora. Detectaron modificaciones sustanciales en el color a nivel coronal y radicular, con diferentes patrones.
Detección de resinas compuestas
El actual mundo globalizado supone un innegable incremento de requerimientos estéticos para los tratamientos odontológicos. Los cuerpos quemados o carbonizados con múltiples obturaciones estéticas podrían a veces significar una encrucijada para los odontólogos forenses, en virtud de la excelente adaptación y aspecto de las mismas, complicando su detección clínica y radiográfica.(34) Durante los exámenes PM se utilizan diferentes métodos para poder visualizar estos materiales restauradores, como una solución reveladora para placa bacteriana, transiluminación y fluorescencia cuantitativa inducida por luz. Cuando se incinera un diente, la deshidratación causa su contracción y fragmentación, que a su vez producen el desplazamiento del material restaurador.(13) Los cambios de color no son exclusivos de los tejidos dentales, aparecen también en el hueso y en materiales compuestos utilizados para obturar los dientes.(35) Se ha sugerido que un dispositivo portátil de fluorescencia de rayos X (FRX) puede ser útil para diferenciar entre tejido óseo y dentario, en tanto que el uso de SEM, en conjunto con la espectroscopía de dispersión de energía de rayos X (EDS) contribuyen a distinguir entre diferentes materiales compuestos de relleno.(36, 37) Al realizarse estudios sobre resinas expuestas a altas temperaturas, se observó que el blanqueamiento de las mismas se produce a 900 °C durante 90 minutos,(38) luego un viraje de tonos grises a negros entre los 260 °C y los 500 °C entre 5 y 30 minutos,(39) y de un color blanco a marrón a 400 °C, siendo imposible detectar rastro alguno de material luego de los 600 °C.(40)
Marcación de prótesis e implantes dentales La marcación de prótesis dentales se considera un hábito saludable en la práctica médica, para la que los profesionales odontólogos y laboratoristas dentales deben ceñirse a guías procedimentales. El 99% de los pacientes portadores de prótesis aceptan sin inconvenientes la presencia de marcas identificatorias mientras estas sean estéticamente aceptables, contrariamente a lo afirmado anecdóticamente por algunos odontólogos sobre sus pacientes que no las quieren.(8)
Para este fin, se han propuesto innumerables alternativas de marcación de prótesis, básicamente divididas en métodos “de superficie”, en los que las marcas son talladas o pintadas sobre la superficie de la prótesis, generalmente acrílicas, o “de inclusión”, en los que los elementos identificatorios pueden consistir en insertos de papel, plástico, aluminio, y se colocan dentro de la base acrílica. También se ha propuesto la incorporación de grabados en relieve, códigos de barra, tarjetas de memoria y fotografías de los pacientes.(41-48) Sin embargo, en casos de temperaturas extremas, en los que los materiales plásticos se evaporan, sólo las porciones metálicas o cerámicas de prótesis completas o parciales pueden mantenerse con algún grado de indemnidad. Esto va a depender del tipo de material y las condiciones propias de la incineración (temperatura y tiempo de exposición) (fig. 4). (21,49,50)
En 1970, Pyke49 afirmó que el criterio de “indestructibilidad” (la resistencia implícita tanto a la acción del calor intenso como a los ácidos), en apariencia sólo podría ser alcanzado con materiales metálicos o cerámicos (fig. 5).
Una cremación estándar suele emplear temperaturas que van desde los 870 a los 980 ºC por un período de 1 a 1:30 horas; un evento de incineración puede incluso superar los 1100 ºC. Se ha reportado que, durante accidentes con alta temperaturas, estas pueden llegar a los 900 ºC en períodos de tiempo relativamente cortos.(12) Por otra parte, el comportamiento de estos materiales frente a la acción de cáusticos no ha sido prácticamente explorado, aún a sabiendas de que los criterios de la American Dental Association (ADA) indican una resistencia de las marcaciones a estos agentes vulnerantes.(51) La ADA ya ha establecido los criterios específicos para la marcación de prótesis: a) identificación específica; b) técnica sencilla; c) marcación resistente a fuego y químicos; d) la prótesis no debe verse debilitada y e) la marca debe ser cosméticamente aceptable.(46) Teniendo en cuenta estos criterios, el espectro de materiales y alternativas útiles se reduce considerablemente.
Por otro lado, cada vez es más frecuente la colocación de implantes dentales en pacientes para reemplazar uno o más dientes perdidos, aumentando la posibilidad de que estos estén presentes en las víctimas fallecidas, y se detecten en el examen radiográfico PM. Sus propiedades físicas de resistencia a la corrosión y su punto de fusión extremadamente alto podrían ayudar en la identificación de víctimas en las que resulta inviable el análisis de las huellas dactilares o el ADN. Los implantes dentales tienen un punto de fusión superior a 1650 °C, por lo que sobreviven a la agresión térmica desmesurada.(26) Los implantes dentales se han trasformado en un nuevo elemento de identificación desde la luctuosa tragedia ocasionada por el tsunami del sudeste asiático en 2004.(3,26)
ADN y dientes carbonizados
Los estudios que han comparado el contenido de ADN de los diferentes tipos de dientes han demostrado que aquellos con mayor volumen de pulpa aportan la mejor fuente para un análisis de ADN, en razón de tener más células.(51,52) También se ha verificado que se recupera más ADN de los dientes multirradiculares respecto de aquellos con una sola raíz, probablemente porque existe una superficie radicular más extensa y por ende una mayor cantidad de cemento.(51,52)
Entonces es lógico pensar que la selección del diente para la muestra debería ser idealmente el que mayor superficie de la raíz y volumen de tejido pulpar ofrezca. Los molares son los principales candidatos en diferentes guías de procedimientos, como los publicados por Interpol en su Manual para Identificación de Víctimas en Catástrofes.(5) Es sabido que la naturaleza resistente de los tejidos dentales a las agresiones ambientales, tales como la incineración, la inmersión, el trauma, la mutilación y la descomposición los han erigido como una excelente fuente de material genético.(53) La pulpa y el cemento son los tejidos más valiosos como fuentes de ADN genómico en el diente; y en conjunto con la dentina, pueden proveer ADN mitocondrial. El esmalte es importante en la preservación de la dentina y la pulpa, pero carece de ADN.(54) En el caso de carbonización, resulta muy complejo extraer ADN. En esos casos, se aporta poca información en un proceso identificatorio.
Conclusión
La identificación odontológica forense de víctimas carbonizadas representa un complejo desafío.
El conocimiento y adecuado abordaje de dientes sometidos a notables injurias térmicas, como así también de los remanentes y residuos resultantes de los materiales restauradores, pueden ayudar al establecimiento de una identificación inequívoca en restos desvirtuados por el fuego. El aspecto ennegrecido de los dientes, observable en las etapas iniciales de calentamiento es más estables que el tinte de “porcelana blanca” en aquellos dientes que presentan una exposición prolongada a elevadas temperaturas.
Es importante utilizar un enfoque sistemático en la búsqueda, hallazgo y recolección de restos dentales y óseos en cadáveres quemados o carbonizados, evitando que su manipulación pueda desnaturalizarlos y/o destruirlos, estabilizándolos y fijándolos previo a su transporte. Los recursos imagenológicos contribuyen a la recolección de evidencia, ya que permiten definir las características anatómicas, fisiológicas y patológicas, que son exclusivas de cada individuo.
Declaración de conflicto de intereses Los autores declaran no tener conflicto de intereses en relación con este artículo científico.
Fuentes de financiamiento Este estudio fue financiado exclusivamente por los autores.
Contacto:
Alan Diego Briem Stamm
alanbs.uba@gmail.com
Referencias
Cuerpos carbonizados diente identificación humana materiales de obturación odontología forense restauraciones protésicas Charred bodies forensic odontology human identification prosthetic restorations sealing materials tooth
Citar este artículo
Briem Stamm A, Outes M, Fernández Iriarte M, Rannelucci L, Casadoumecq A, Salazar J, et al. Análisis forense de dientes, materiales de obturación y restauraciones protésicas en restos humanos expuestos a elevadas temperaturas. Revisión de la literatura. Rev Asoc Odontol Argent. 2023-Apr-17;111(1):e1110452. https://doi.org/10.52979/raoa.1110452.1212
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Cuerpos carbonizados diente identificación humana materiales de obturación odontología forense restauraciones protésicas Charred bodies forensic odontology human identification prosthetic restorations sealing materials tooth
La Revista de la Asociación Odontológica Argentina, RAOA, es la principal vía de expresión de la producción científica argentina en odontología y un vínculo de unión y medio de información para los colegas e instituciones del país y del exterior.
Versión impresa ISSN 0004-4881
Versión electrónica ISSN 2683-7226.
DOI: 10.52979/raoa.1898
Título abreviado: Rev Asoc Odontol Argent
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